sábado, 29 de diciembre de 2012

Y nos fundimos en la eternidad de la noche...




Miraba la eternidad en la profundidad de tus pupilas
mientras nuestros cuerpos desnudos temblaban de amor
en un estertor de amor tántrico, excelso, divino, mágico…
las pieles apenas se rozaban bajo el resplandor de ese sentimiento
esperando fundirse en el torbellino de emociones que nos envolvía…
Tu alma me juró en silencio lo inefable del momento, aferrada al secreto de mis besos
que tiernamente se derretían sobre tus hombros brillantes.
Viví mil años antes y sólo hasta entonces, sumergido en tu nirvana supe lo que de verdad era el
 amor, en el vuelo mágico de tus suspiros que se ahogaban con los míos en esa sintonía perfecta
de nuestras vidas…